TÉCNICAS DE IDENTIFICACIÓN HUMANA

MÉTODO DE BUCKBERRY, JL. Chamberlain (2002)

Buckberry y Chamberlain (2002) desarrollaron un método revisado para estimar la edad de muerte en adultos utilizando la superficie auricular del ilion. Este nuevo método se basa en el método de envejecimiento de la superficie auricular existente de Lovejoy et al. (1985), pero la técnica revisada es más fácil de aplicar y tiene bajos niveles de error inter e intraobservador. El nuevo método registra las etapas relacionadas con la edad para diferentes características de la superficie auricular, que luego se combinan para proporcionar una puntuación compuesta a partir de la cual se obtiene una estimación de la edad de muerte

MÉTODO DE Calce se. (2012)

El estudio propone una nueva metodología para estimar la edad de fallecimiento en adultos mediante la observación macroscópica del acetábulo (parte del hueso coxal). Esta técnica simplifica y mejora un método previo desarrollado por Rissech et al. (2006), y lo adapta para incluir tanto a hombres como a mujeres.

Características del método propuesto

Se seleccionaron 3 rasgos morfológicos del acetábulo que presentan alta correlación con la edad.

1.-Surco acetabular

2.-Desarrollo de osteofitos en el borde acetabular

3.-Crecimiento apical en el cuerno posterior de la superficie lunada

Se clasifican los individuos en tres rangos de edad:

Joven adulto (17–39 años)

Adulto medio (40–64 años)

Adulto mayor (65+ años)

MÉTODO DE brusek j. (2002)

El autor, Jaroslav Bruzek, propone una técnica basada exclusivamente en la observación visual macroscópica, sin necesidad de mediciones ni herramientas estadísticas complejas. El método fue desarrollado a partir de una muestra de esqueletos con sexo conocido, y se enfoca en la morfología de cinco rasgos específicos del hueso coxal:

1.-Surco preauricular

2.-Muesca isquiática mayor

3.-Conjunto del complejo acetabular

4.-Forma general del hueso

5.-Área del tubérculo del ligamento sacroespinoso

Cada rasgo se evalúa visualmente y se clasifica en una escala de formas típicamente masculinas, intermedias o típicamente femeninas.

El método fue probado en diferentes poblaciones europeas y africanas, mostrando una alta fiabilidad (hasta un 95%) y una buena reproducibilidad entre distintos observadores.